4/22/2023

TÉCNICA NARRATIVA. CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA.

             El narrador es el propio escritor de la crónica. Es el cronista y regresa al pueblo 27 años después para intentar recomponerlo. Para recomponer la historia utiliza el informe jurídico: “El juez instructor lo dibujó en el sumario” y el testimonio de numerosos testigos: “A Clotilde Armenta le parecía.”

         En este fragmento el narrador se sirve de lo que sabe o recuerda de la historia. Él se distancia de la objetividad característica del diálogo utilizando la tercera persona: “estaban” y “cometió”. Además, aparece el uso del estilo indirecto, con el fin de dar voz a otros personajes: “A Clotilde Armenta le parecía imposible que no se supiera en la casa de enfrente.”

         En esta parte de la crónica queda claro que es una narración porque el autor narra cómo los hermanos Vicarios volvían al lugar del crimen con sus armas para realizar su venganza contra Santiago Nasar por la deshonra de Angela Vicario: “Clotilde Armenta no había acabado de vender la leche cuando volvieron los hermanos Vicario con otros dos cuchillos envueltos en periódicos.”

         Este fragmento y a su vez toda la obra es una muestra de la perspectiva múltiple presente en la crónica, provocando un continuo entrecruzamiento de puntos de vista. Este enfoque se compara con el cubismo en pintura. Aunque haya una gran variedad de puntos de vista el principal es el del narrador.

         En cuanto al tiempo y al espacio conocemos que fue en Sucre (Colombia) el 22 de enero de 1951. Esto lo sabemos gracias al autor y a la prensa. En la crónica se omite el año, pero se detalla con precisión el momento y las circunstancias que rodean al asesinato: “Después de las cuatro”. Esta y otras precisiones las da el cronista 27 años después cuando regresa al pueblo. Durante la obra el autor varía repetitivamente el tiempo, provocando anticipos o haciendo retroceder el tiempo generando en muchos casos una simultaneidad de elementos. 

         García Márquez se arraiga de nuevo a la geografía colombiana, puesto que, el reencuentro con este territorio le genera un sentimiento nostálgico. La casa de Santiago Nasar adquiere un gran valor simbólico durante la obra: “Pensaba que Santiago Nasar no estaba allí, pues no había visto encenderse la luz del dormitorio.”

         El pueblo es el marco de la boda y el crimen. Aparece un ambiente que contrasta el realismo cotidiano con la excesiva hiperbolización de la comida o de la tristeza de María Alejandrina Cervantes. El paisaje apenas aparece detallado.

 

Saúl Martínez Gutiérrez

 

 

 

FORMAS VERBALES. "LA HORA DEL ESPAÑOL".

            

TÉCNICA NARRATIVA DE UN FRAGMENTO DE CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA