El amor anima el alma, pero también la aloca y puede llegar a destruirla.
Es denigrante la situación que miles de mujeres experimentan a diario, no solo maltrato físico, sino psicológico. Pero es aún peor la falta de empatía de la sociedad respecto a estos ataques, que, hasta cierto punto, muchos normalizan. Pero… ¿adónde vamos a llegar? ¿De verdad es justo apartar la mirada cuando esto sucede?
Es evidente que ese “flechazo” muchas veces no apunta, sino que marca y daña. Puedo comprender perfectamente que para la mujer que sufre de esto es muy difícil exponerlo. Pero la actitud global frente a las violencias de género es cuanto menos cuestionable.
Y no hablo solo de violencia machista, dado que no siempre es así la historia, pues, de hecho, ya existe una frase que le da sentido a esta situación: “El lobo siempre será el malo si Caperucita cuenta la historia”. Y es que, en vez de criticar la violencia, la sociedad solo se apoya en el argumento fácil de cargar contra el otro género, sin excepciones.
Es muy triste, y poco esperanzador para el futuro la gran división que estamos forjando entre sexos e ideologías (políticas o no) con el paso del tiempo. ¿De verdad es tan importante tener la razón por mucho que en ella escasee la ética?
Víctor Calles Alonso