2/09/2023

EL ESTILO DE UNA SECUENCIA DE PRESENTE

   

 El estilo de Sender se define como realista, ya que se basa en la realidad. Sin embargo; no puede ser considerado costumbrista. En algún fragmento se puede hablar incluso de superrealismo mágico.  

    El fragmento refleja una secuencia de presente debido a que se muestra la espera de mosén Millán para empezar la misa de Réquiem en la sacristía, por lo que las descripciones prevalecen sobre la narración. La descripción es totalmente funcional y el autor la utiliza para describir la monotonía en la acción (“esperando con la cabeza apoyada en el muro”) 

    La narración presenta distintas modulaciones. En el fragmento, la narración se carga de interrupciones por tratarse de una secuencia de presente, en este caso el monaguillo interrumpe los recuerdos de mosén Millán al entrar en la sacristía (“Aún no ha venido nadie”), lo que subraya el dramatismo de la espera del comienzo de la misa. 

 

    En cuanto al léxico, es destacable la abundancia de términos rurales (“ventean”), que contribuyen a recrear el ambiente, y de términos religiosos (“monaguillo”, “ropas talares”), que afirman el importante papel que desempeña la Iglesia en la novela ya que la mayoría de la acción se desarrolla en torno a la sacristía y los actos sacramentales.  

    Destaca también el uso de aragonesismos (“Mosén”) que permiten localizar la acción, y de diálogos a través de los monólogos, en los que se justifica la omnisciencia del narrador y su conocimiento de los pensamientos de los personajes (“Y vino conmigo, Yo lo llevé”) y utilizando tanto estilo directo (“Aún no ha venido nadie”) como indirecto, el cual busca la manipulación para narrar los hechos desde un determinado punto de vista (“Pensaba que aquella visita de Paco”).  

    Además, existen construcciones vulgares que contribuyen a dar al texto ese aire de sencillez que lo caracteriza (“pa que tomen el olfato”). 

Ángela de Cos