4/06/2021


     En este fragmento, aparecen bastantes formas verbales: “posamos”, “vivir”, “vivimos”, “posar”, “sabemos”, “procuremos”, “sea” y “morir”. 

    De éstas, “vivir”, “posar” y “morir” son formas no personales (infinitivos) y núcleos de  proposiciones subordinadas adverbiales de finalidad (aunque no lleven complementos). 

    Las otras son formas personales, que se dividen en dos. Por un lado, el presente de indicativo: “posamos”, “vivimos “ y “sabemos” ya que indican acciones reales. Además, “posamos” tienen valor de presente habitual, “vivimos” de presente durativo y “sabemos” de presente actual. Todos ellos tienen aspecto imperfectivo. 

    El resto de formas pertenecen al presente de subjuntivo: “procuremos” y “sea”. Éste se trata del modo de lo irreal, que no ubica concretamente la acción. En este caso, ambos verbos tienen valor de presente proyectado en el futuro y distinguimos el tipo dubitativo para expresar un alto grado de probabilidad y el desconocimiento de lo que pueda ocurrir al final. 

    Berna González utiliza el modo indicativo y los infinitivos para aportar datos objetivos mediante los cuales trata de convencernos de los peligros del móvil, ya que este fragmento se encuentra en la argumentación. Además, se usa para reafirmar la tesis y para encubrir la visión subjetiva del autor. Por eso, al ser un texto periodístico de opinión, Berna utiliza el modo subjuntivo y el aspecto imperfectivo, para explicar las supuestas consecuencias de la adicción y aconsejarnos en la conclusión final. Por último, hace uso del presente, un tiempo común y sencillo, que ayuda a la comprensión del texto, escrito en un registro estándar.

                                                                                                  Sandra Gutiérrez