Nada sigue la tradicional estructura en tres partes, pero no se corresponden con la presentación, nudo y desenlace.
Este fragmento pertenece a la primera parte, que comienza con la llegada de Andrea a Barcelona y finaliza con la partida de Angustias. No hay nudo, sino pequeñas intrigas secundarias, la mayoría relacionadas con Román, que en general quedan sin resolver. La novela tiene poca acción, y no existe una intriga central, aunque la autora mantiene el interés del lector con diversas técnicas narrativas, buscando crear una atmósfera de incertidumbre.
Este fragmento nos menciona las dificultades de Andrea para conocer la ciudad por culpa de su tía Angustias, la cual a través del control agobiante que mantiene sobre ella aparenta intentar redimir la culpabilidad de su relaciones con su jefe, tratando de demostrar la “puritana moral” que Angustias pretende imponer a Andrea. Angustias es el prototipo de persona que no vive ni deja vivir, incluso llega a prohibirle a Andrea el hablar con Gloria, molestando a Andrea con sus impedimentos (“Si alguna vez podía burlar la vigilancia de Angustias y salía con mi amiga a dar un paseo”). También nos menciona la agridulce amistad que Andrea mantiene con Ena.
Andrea busca abrirse al mundo y conocer nueva gente, eso sí, sin unir sus dos mundos (su familia en la calle Aribau y su mundo exterior) por lo que su amistad con Ena presenta para ella una vía de escape para ese caos familiar que la rodeaba, además de que Ena la introduce a un mundo de “lujos” al cual ella no podría haber llegado de otra forma.(“Era para mi un lujo demasiado caro el participar en las costumbres de Ena”). El continuo control de Angustias sobre Andrea acabará derivando en rebeldía por parte de ella, ya que busca con aún más ansias el escapar de ese triste piso; en parte por llevarle la contraria a Angustias y por su deseo de encontrar la libertad e independencia que le intenta arrebatar. Cuando Angustias cae en la trampa de Román y termina confesando su relación con su jefe decide irse del piso, solo contándole a la abuela de Andrea a dónde se dirige, que guarda ese secreto a todos los de la casa; dejando ahora a Andrea fuera del control de su tía.
La amistad con Ena en el futuro supone para Andrea un escape de la tristeza que la rodeaba en la calle Aribau. Le complacía pensar que tenía una amiga y un apoyo fuera de todo el desorden que la rodeaba, por lo que la entrada de Ena en su núcleo familiar le supone un gran problema, ya que ella quería mantener sus dos mundos bien separados. Aunque Andrea también acaba relacionándose con la familia de Ena, incluso llegando a que el padre de Ena le preguntara que tipo de relación tenía su hija y esposa con Román. A Andrea le causaba tristeza el no poder complacer a Ena todo el tiempo por miedo a que desapareciera ese apoyo, por eso le regala una de sus posesiones más valiosas “su pañuelo”, el cual parece terminar por afianzar su amistad; esta continuará a lo largo de la historia. Lo que no sabía Andrea es que ese regalo tenía un importante significado para su abuela, y que ese acto generaría problemas en el futuro.
Carla Aguilera