12/29/2022

FUNCIONES DEL LENGUAJE: "TENER CLASE"

 

 Las funciones del lenguaje se establecen según destaque la importancia de uno u otro de los elementos que intervienen en el proceso de comunicación. En este texto, emisor, receptor y mensaje son los más importantes, debido a la preocupación del autor por expresar su punto de vista, pero también convencer y entretener. Para ello, utiliza las siguientes funciones lingüísticas: 

    Predomina la función apelativa, orientada al receptor, ya que el autor expresa su opinión acerca de la vulgaridad presente en la sociedad y de la gente con clase que la compensa. La subjetividad se refleja en el uso de adjetivos valorativos (“vulgaridad insoportable”). Además, trata de involucrar al lector empleando la segunda persona (“Los encontrarás en cualquier parte”). 

    Encontramos, además, la función expresiva, orientada al emisor, que permite inferir el estado emocional, la actitud del hablante ante el contenido del mensaje en el momento de la comunicación. Con ese objetivo, utiliza alteraciones en el orden de las palabras (“No depende de la posición social (…). Tener clase es…”), términos connotativos (“pegado a la piel”, “aura estética”) y adjetivos valorativos (“mono patán”, “humillado”). También aparece, aunque en menor medida, la función representativa orientada al referente (“Tener clase”). A través de esta función se transmiten contenidos objetivos, pero también se trata de ocultar la subjetividad anteriormente mencionada. Para ello emplea una entonación neutra, formas verbales en tercera persona y modo indicativo (“desdeña”, “es”). 

    Por último, se puede apreciar la función poética, orientada al mensaje, por la intención del autor de aportar belleza y entretenimiento. Para ello emplea recursos literarios como metáforas (“avalancha de vulgaridad”, “pegado a la piel”) y personificación (“como si la educación se la hubiera proporcionado el aire que respiran”). 

    Manuel Vicent utiliza, para este artículo de opinión, la función expresiva con el fin de expresar sus sentimientos, además de la función representativa que pretende ocultar a subjetividad. Las funciones apelativa y expresiva aparecen, especialmente, en la fase argumentativa para tratar de cambiar la perspectiva del lector. También emplea la función poética para dar al texto un aspecto elegante, incluso culto, pero al mismo tiempo fácil de entender y entretenido. 

 

Lucía Fernández