La función que predomina es la apelativa, ya que el autor se enfoca en persuadirnos sobre su visión de las personas con clase en la sociedad actual. Por lo tanto, utiliza adjetivos valorativos para manipularnos (“insoportable”), expresiones en primera persona del plural para involucrarnos (“este país nuestro”), verbos en segunda persona (“Los encontrarás”) con los que se dirige directamente a nosotros y defiende su opinión utilizando diferentes tipos de argumentos como el de presunción (“La sociedad está llena de…”).
Otra función presente en el texto es la expresiva, orientada al emisor, la cual le permite inferir su subjetividad, utilizando adjetivos valorativos (“privilegiados”), términos connotativos (“caldo gordo”) y alterando el orden de las palabras (“Este país nuestro sufre hoy…”). Mediante esta alteración el autor consigue enfatizar los elementos que sitúa al principio de la oración.
También aparece la función representativa, que está orientada al emisor o referente. Mediante esta función, el mensaje transmite contenidos objetivos (“Aunque tener clase no desdeña…”). Aunque también pretende ocultar la subjetividad anteriormente mencionada, es decir, no deja traslucir su visión subjetiva, haciendo uso de léxico con valor denotativo (“educación”), adjetivos descriptivos y relacionales (“social”), modo indicativo (“depende”) y entonación neutra con oraciones enunciativas (“Este don pegado a…”)
Por último aparece la función poética orientada al mensaje, con la intención del autor de dar belleza al texto y entretener, mediante el uso de recursos estilísticos como la metáfora (“el caldo gordo”) o la personificación (“como si la educación se la hubiera proporcionado el aire que respiran”).
Manuel Vicent utiliza la función expresiva para este artículo periodístico de opinión, además de la representativa, para encubrir su punto de vista. La función referencial predomina en la exposición, en las primeras líneas, mientras que la subjetividad propia de las funciones apelativa y expresiva aparece en el cuerpo argumentativo, para convencernos sobre la necesidad de tener clase, ya que se trata de un texto expositivo-argumentativo. Además utiliza la función poética que hace la lectura del texto más amena y entretenida.
Alberto Báscones
