1/18/2019

ESTILO DEL FRAGMENTO

El teatro fue la actividad preferente del final de su trayectoria, este posee una dimensión humana y otra estética. Con el paso del tiempo crea un enfoque social. Añadió como segundo título Drama de mujeres en los pueblos de España.

No hay personajes sobrenaturales, no hay coros, ni danzas simbólicas, por lo que no hay ningún elemento de la tragedia griega por lo que se denomina drama en vez de tragedia. Su lenguaje es realista y hay una necesidad de catástrofe en la cual sí que hablamos de tragedia.

Es un drama andaluz poético, aunque no emplea versos, no tiene intención política solo artística, no es la situación general de las mujeres en España sino la de una familia andaluza.

El símbolo más importante que aparece es el color, ya que en esta obra no hay, solo existen blancos (pureza) y negros (luto, tristeza, todo lo malo), estilización de los muros blancos y los vestidos negros. Durante la obra aparece ell vestido verde de Adela representa la blancura que no

quiere perder dentro de esa casa. El traje negro de moaré de María Josefa, con perlas. Las sábanas blancas del ajuar. Los ojos negros. El abanico de colores de Adela que rechaza su madre como impropio. En este fragmento concretamente aparece “cuatro mil bengalas amarillas” que es una hipérbole que destaca y exagera la disposición de Adela a que su relación ilícita con Pepe el "Romano" se haga pública a la vez que se conozca la situación que viven en esa casa.

Para que el drama sea poético no hacen falta versos, los personajes hablan, gritan, lloran y desesperan, pero únicamente en prosa “¡Velo!”. El diálogo está fundido completamente con la acción, son la carne y el hueso de la tragedia.

El lenguaje andaluz cotidiano e irónico “vieja marrana” es la esencia, los dichos populares “agarrar la liebre con las manos”, hipérboles”cuatro mil bengalas amarillas”, piropos u obscenidades “apagarme este fuego que tengo levantado por piernas y boca” es un simbolismo puro.

En cada acto hay un comienzo realista que después se convierte en un lenguaje cargado de valores dramáticos, el primer acto, más rápido el segundo y el tercero muy rápido. El lenguaje poético va aumentando, dobles valores, múltiples significados que convierten palabras en símbolos “fuego”.

Los tres actos son como tres olas (cada una va aumentando) hasta su rompimiento que es un maremoto cuya inundación expresa Bernarda en su último parlamento. Este fragmento se sitúa en el segundo acto.
Bera Gutiérrez