Laforet emplea en Nada un estilo natural mezclando lo realista y lo poético ("Me acuerdo de las primeras noches otoñales y de mis primeras inquietudes"). Un rasgo no presente en este texto es el uso de un registro coloquial en los diálogos. Describe la Barcelona en la que se ambienta la obra y todo lo que ocurre en ella de manera cruda pero desde una perspectiva intimista y sensible ("dulces y espesas noches mediterráneas sobre Barcelona"). Todo lo descrito adquiere una carga connotativa ("dos pequeños ojos luminosos - los ojos del gato- clavados en los míos").
Laforet utiliza dos técnicas estilísticas diferentes y complementarias a la hora de describir: el realismo impresionista y el expresionismo.
El primero se basa en la proyección de su propia subjetividad sobre lo descrito ("El sueño iba llegando en oleadas cada vez más perezosas hasta el hondo y completo olvido de mi cuerpo y de mi alma"). Para usar este punto de vista impresionista la autora suele recurrir al uso de sinestesias mezclando así sensaciones al lector ("húmedas melancolías" o "ternura polvorienta"). La potencia de este impresionismo se manifiesta unido al uso de metáforas o personificaciones ("sobre mí el calor lanzaba su aliento") donde se mezcla con el expresionismo. A veces la retórica llega a ser excesiva ("Dulces y espesas noches mediterráneas sobre Barcelona, con su dorado zumo de luna, con su húmedo olor de heridas que sobre la escamosa cola de oro...") donde se mezcla la metáfora con las sinestesias.
El expresionismo se basa en utilizar una perspectiva distorsionadora de experiencias negativas. En este caso las mezcla con un símil y una metáfora ("Aquellas noches que corrían como un río negro [...] los olores estancados despedían un vaho de fantasmas"). También utiliza animalizaciones de personajes.
Los diálogos, que aquí no aparecen, nos permiten conocer a los personajes a través de la adecuación del léxico y de los catalanismos presentes en la obra.
Alejandro Gutiérrez (Adaptación)