Machado escribe Campos de Castilla durante cinco
años de estancia en Soria, después, vuelve a Andalucía tras la muerte de su
mujer y añade poemas nuevos (en la edición de 1917) en los cuales reflexiona
sobre asuntos personales y/o patrióticos.
Las
gentes de Andalucía en representación de las de España se hallan presentes en
esta composición y constituyen el tema principal. Enlazando con el drama
temporalista tan persistente en Machado, España en el presente del poeta ha sufrido
una decadencia social, política, científica y cultural que contrasta agudamente
con el esplendor de su pasado. En este poema de 1913 esta decadencia lleva al poeta
a pensar y sentir, la acción destructora del tiempo
en su patria (España), la cual está consumida por el vicio y la religiosidad:
“y al estilo de España especialista/en el vicio al alcance de la mano”, “Esa
España inferior que ora y bosteza”. Observamos también cómo Machado se angustia
por la progresiva destrucción de su país “de espíritu burlón y alma quieta”
pero, al mismo tiempo, muestra esperanzas en una nueva España: “Mas otra España
nace/la España del cincel y la maza” en la cual, deposita sus anhelos y deseos
de nuevamente comtemplar la España dominadora pasada: “Una España implacable y
redentora” y no su contemporánea, la cual está atrasada: “vieja, tahúr,
zaragatera y triste” y llena de señoritos: “será un jóven lechuzo y tarambana”
y religiosos: “un sayón con hechuras de bolero”. En este sentido, puede
decirse que su poesía es nostálgica, elegiaca y dolorida. Esta temporalidad es
el reverso de la esencialidad, concebida esta última como la naturaleza humana
que el hombre conserva como tal durante toda su vida y en el más allá, que
Machado, con dudas, cree eterna. Lo que más siente el poeta es que todo cambia,
que todo pasa, y que un día lo que uno es dejará de ser. Machado declarará: “La
poesía es la palabra esencial en el tiempo”.
Así, Machado muestra su fe en ‘rescatar’ su
país (mostrando así su sentimiento patriótico y su dolor, compartido) de la
decadencia e infunde confianza en el progreso: “España que alborea/con un hacha
en mano vengadora/España de la rabia y de la idea”.
Lara Calles