Estructura de la obra y valor del
fragmento en ella.
La casa de Bernarda Alba presenta una estructura clásica
en tres actos, que se corresponden con el esquema tradicional de presentación,
nudo y desenlace.
El principio del primer acto coincide con el
planteamiento de la situación, en él aparecen ya todos los personajes sobre los
que gravita la acción; también queda planteado el conflicto inicial y la lucha
de fuerzas. Adela no se resigna a una vida monacal y el matrimonio de su
hermana mayor con Pepe se ve alterado.
El segundo acto coincide con el nudo de la historia, en
el cual el conflicto de Bernarda, la máxima autoridad de la casa, con Adela, su
hija pequeña que rompe con su rebelión las normas establecidas.
El clímax se sitúa hacia el final, cuando Adela al fin
confiesa Martirio sus relaciones ilícitas con Pepe. Este acto camina hacia el
desenlace final, Bernarda es la única que no ve lo que de verdad está
sucediendo. El drama concluye con la tensión final de la muerte de Adela y la
percepción de Bernarda de la ruptura del sistema en que tan ciegamente creía.
Cada uno de los actos tiene un cuadro diferente y se desarrolla en un tiempo
distinto.
La estructura interna de la obra es cíclica y repetitiva,
cada alto nos ofrece el mismo movimiento interno: calma inicial, seguida de la
sucesión de conflictos, desembocando en la violencia.
Este fragmento extraído de La casa
de Bernarda Alba tiene una importancia
considerable en el contexto de la obra teatral. En él se desarrolla una fuerte
discusión entre la criada Poncia y la hija de Bernarda. Poncia pretende que
Adela siga sus consejos; lo hace explicándola las posibles consecuencias
negativas en cuanto a la reputación de la familia que puede traer su relación
amorosa con hombres. En este caso refiriéndose a Pepe. Si todo el pueblo se
entera aparecerán las malas lenguas, lo cual afectará tanto a Bernarda, como a
sus hijas, como a la criada misma. Adela al oírla se revela, saca sus carácter
de adolescente presentando indiferencia y la reprocha el ser una simple criada,
humillándola y menospreciando sus palabras tras considerar que no tienen ni voz
ni voto. Es primordial conocer esta situación para captar y comprender la
tensión ambiental que se vive en dicha casa en el transcurso de la obra.
Las causas que conducen a esta situación son las siguientes: acaba de
morir el padre, lo que significa
permanecer de luto durante 8 años, algo que las hijas de Bernarda consideran
una locura. Adela tan solo tiene 20 años; se encuentra en edad de descubrir,
probar y experimentar, una edad en la que se tiene un peculiar carácter
inconformista y ambicioso. Esta situación la ha llevado a mantener relaciones
con Pepe el Romano, supuesto novio de Angustias, pudiéndose dirigir a él como
prometido. La escena se desarrolla en verano; el cúmulo de circunstancias negativas
se va aumentando: calor, irritabilidad, rivalidades, agobio, sufrimiento por la
muerte de un ser querido, ganas de estar con hombres, obligación de estar
sometidas a las obligaciones de su madre. Todo ello desemboca en discusiones,
tales como la que se vive en el fragmento. Poncia, como buena mujer (en este
caso), quiere que se hable bien de la casa en la que trabaja, y lo que hace
como persona externa a la familia, viendo lo que ellas no son capaces de ver,
es guiarlas por el buen camino. Por ello, aunque Adela muestre una actitud
reacia a atender, trata de transmitirla la situación que ella ha estado
observando, para que se tomen a partir de este momento cartas en el asunto.
Esta situación acarrea consecuencias en el transcurso de la
obra. Angustias se termina enterando de la íntima relación que mantiene Adela
con Pepe. A Bernarda le cuesta tiempo reconocer y visualizar la situación en la
que Adela y Angustias se encuentran; muestra una actitud pasiva ante el tema,
dejándolo de lado el máximo tiempo posible hasta que, al fin, termina
obligadamente reconociéndolo, lo cual conduce al desenlace trágico. Poncia se
lo transmite en repetidas ocasiones, pero es en vano todas ellas. El retrato de
pepe el Romano, parece desaparecer por arte de magia, hasta que se descubre que
es Martirio quien se había apoderado de él. En este momento se acentúa violentamente
la rivalidad entre hermanas, aparece un triángulo amoroso que pronto se
diseminará. Llegando al fin, Bernarda saca la escopeta, pega un tiro al aire
sin conseguir dar a Pepe. Adela histérica y desesperada pregunta por lo
sucedido y es Martirio quien la miente diciendo que su madre ha matado a Pepe.
La verdad escondida tras esta tragedia es que Adela estaba embarazada. No es
capaz de afrontar la realidad, piensa que no va a poder seguir adelante sin
Pepe estando embarazada, teniendo que aguantar a todas sus hermanas irritadas
tras la traición, las críticas de haber tenido un hijo sin conocer al padre en
aquella época era algo impensable. Es aquí donde Adela pierde toda la valentía
y fortaleza que a lo largo de la obra había ganado y se quita la vida
colgándose de una soga.
Tania Puente Fernández