4/16/2018

Situar el fragmento Crónica de una muerte anunciada


         Sólo Pura Vicario supo lo que hizo en las dos horas siguientes, y se fue a la muerte con su secreto. «Lo único que recuerdo es que me sostenía por el pelo con una mano y me golpeaba con la otra con tanta rabia que pensé que me iba a matar», me contó Ángela Vicario. Pero hasta eso lo hizo con tanto sigilo, que su marido y sus hijas mayores, dormidos en los otros cuartos, no se enteraron de nada hasta el amanecer cuando ya estaba consumado el desastre.
         Los gemelos volvieron a la casa un poco antes de las tres, llamados de urgencia por su madre. Encontraron a Ángela Vicario tumbada bocabajo en un sofá del comedor y con la cara macerada a golpes, pero había terminado de llorar. «Ya no estaba asustada -me dijo-. Al contrario: sentía como si por fin me hubiera quitado de encima la conduerma de la muerte, y lo único que quería era que todo terminara rápido para tirarme a dormir.»
         Pedro Vicario, el más resuelto de los hermanos, la levantó en vilo por la cintura y la sentó en la mesa del comedor.
         -Anda, niña -le dijo temblando de rabia-: dinos quién fue.
         Ella se demoró apenas el tiempo necesario para decir el nombre. Lo buscó en las tinieblas, lo encontró a primera vista entre los tantos y tantos nombres confundibles de este mundo y del otro, y lo dejó clavado en la pared con su dardo certero, como a una mariposa sin albedrío cuya sentencia estaba escrita desde siempre. -Santiago Nasar -dijo.
         Desde el punto de vista externo la obra se divide en 5 partes o secuencias de extensión homogénea. El narrador-cronista despliega un puzle por su necesidad de enlazar su memoria con la de otros a través de testigos que aporten puntos de vista complementarios. En su tarea de reconstrucción juega con diversos planos temporales, puntos de vista y entrada de los personajes entrevistados. De entre las cinco partes en las que podemos dividir la obra, este fragmento se encuentra en el final de la segunda parte. Dicha parte es paralela a la primera y tiene como eje a Bayardo San Román, su familia y su relación con Ángela Vicario. Destaca la preparación de la boda, el festejo y la retirada de los novios a su nueva casa (la casa del viudo Xuis). La devolución de la novia en un estado lamentable y la revelación del causante de su deshonra. Este final contrasta con el clima de fiesta y celebración inmediatamente anterior.
          (DEBEMOS RESUMIR TODA LA ESTRUCTURA DE LA OBRA)

         Una de las causas principales que lleva a la obra hasta este punto es el la virginidad perdida de la prometida de Bayardo San Román; Ángela Vicario. Esta, decide no desvelar su secreto antes de tiempo, ni tampoco engañar a su marido en la noche de bodas. A pesar de haber sido adiestrada para los engaños pertinentes para ser capaz de pasar por una novia la cual llegó virgen al altar; ya que no cree que Bayardo, por muchos defectos que tenga, merezca eso. Es entonces cuando la descubre, y este, deshonrado, la devuelve a casa de sus padres esa misma noche. Es en ese preciso momento, cuando Ángela, a pesar de haberse casado por obligación, al ver a su marido comportarse como realmente se espera de un hombre, se enamora locamente, y por ello la duelen menos los golpes de la paliza que le da su madre; Pura Vicario.
         La importancia de este fragmento reside en que es la situación clave para el desarrollo de la obra, siendo el momento en el que los hermanos Vicario son llamados de urgencia por su madre, y al llegar a casa y enterarse de lo ocurrido, le preguntan a Ángela por el causante de su desgracia, y esta, tras aparecérsele entre tantos otros nombres, el destino decide que elija el de “Santiago Nasar”. Es esta la única prueba en toda la obra que nos hace pensar en su culpabilidad, ya que por la forma de actuar y su verdadera reacción podríamos llegar a confirmar su inocencia. Es donde aparece claramente el destino señalado, ya que el que es lo que condena a Santiago, entre otras muchas e inexplicables casualidades. Es importante también por el hecho del honor manchado de la familia, el cual los gemelos se ven obligados a limpiar, a pesar de no querer cometer el crimen, ya que según nos transmite la obra, Santiago era amigo suyo. Podemos ver también un cambio en los sentimientos de Ángela, ya que ahora está loca e irónicamente enamorada de Bayardo, y no siente tampoco ningún remordimiento por haber sido la culpable del trágico final que recibe Santiago, aun sabiendo que no era el verdadero hombre que buscaban.
         La consecuencia principal de todo es el propio crimen, la muerte de Nasar. A pesar de saber desde el principio que va a morir, no sabemos realmente cómo ni por qué. Es ahora cuando entendemos esa rebeldía de los victimarios en forma de una violencia inserta en un prestigiado código de honor, el cual no espera, y que los hermanos Vicario han de limpiar cuanto antes, quedando perdonados ante los ojos de Dios. Sin embargo, para el pueblo no es Santiago la verdadera víctima, sino Bayardo, el hombre deshonrado. Es otra de las consecuencias, el repentino enamoramiento de Ángela, la cual continúa mandándole cartas a su amado durante años, apareciendo inesperadamente él, al final de la obra, con todas esas cartas sin abrir. Se presenta entonces un final relativamente feliz el cual es aceptado por el lector ya que el amor nunca tuvo mucho que ver con la razón.

LAURA ARGÜESO