11/15/2014

REFLEXIÓN SOBRE LAS EVIDENCIAS DEL PORTAFOLIO DEL ALUMNO


         Las prisas, la acumulación de trabajo,… nos hacen olvidar a veces quiénes son los destinatarios de nuestra labor diaria. Se nos llena la boca con las maravillas de la enseñanza individualizada, de la importancia de que cada alumno se marque un ritmo de trabajo diferente,… Pero la verdad es que evaluamos de la misma manera a la mayoría de nuestros alumnos. A cambiar esto nos puede ayudar el portafolio. La biografía del portafolio nos recuerda que nuestros alumnos no son iguales, sus intereses son diferentes y su organización también. El portafolio es una buena manera de que cada uno realice su trabajo cómo, cuándo y dónde le convenga más. Las nuevas tecnologías son fundamentales. No podemos educar como hace 20 años.
         Las evidencias pueden, en parte, ser consensuadas con los alumnos. Los mismos objetivos y contenidos pueden ser evaluados de maneras diferentes. Es importante que los alumnos participen en su propio aprendizaje ya que, de esta manera, su actitud frente a las diferentes tareas sea más positiva. El profesor es y debe ser, cada vez más, un mero conductor de la actividad escolar en la que los alumnos participan con mayor autonomía.
         La concienciación a manera de reflexión es un paso fundamental en el camino de la autonomía, de la madurez y del aprender a aprender. Cuando el proceso es largo, cobra mayor importancia la reflexión sobre lo que el alumno ha hecho, cómo lo ha hecho, de qué le ha servido y por qué no cómo se ha sentido. Esto nos lleva a reflexionar también si se podría haber hecho de otra manera (una retroalimentación para mejorar el proceso). Esta reflexión es importante que la realice también el profesor para la mejora del portafolio.